4.10.13

Post nº 50



Siendo este el post número 50 (quién me lo iba a decir), haré una entrada especial, una de esas como ya hice anteriormente (Embrujadas, Beatriz Rico, La Leyenda del Buscador, etc.).
Después de mucho pensar y barajar dos temas, opté por este del que hablaré, tomando la decisión de que el otro lo dejaré para el post número 100… si es que llego allá (y me acuerdo de él).

No puse el título en el encabezado de la entrada porque quiero que sea sorpresa y ver si sabéis de qué serie hablaré al deciros:

En la era de los antiguos dioses, de los señores de la guerra y de los reyes,
una tierra convulsionada clamaba por un héroe
Ella era (…), una temible princesa forjada en el calor de la batalla
Poderosa… pasional… peligrosa.
Su valentía cambió el mundo.


Sí, tú, el chico de la tercera fila con camiseta azul y que está dando saltos, ¿quién es?
¡Exacto! Xena, la princesa guerrera (Xena, Warrior Princess)
Xena (a secas, para los amigos… o para los xenites) fue una serie que marcó considerablemente mi adolescencia junto a otras heroínas como pudo haber sido Buffy, cazavampiros (Buffy, Vampire Slayer).
Serie de mediados de los 90 de una duración de aproximadamente 45 minutos por capítulo concentrados en seis temporadas.


Como bien sabe todo el mundo (quien no haya visto a lo largo de su vida, aunque sea solo un capitulo de Xena, no es persona humana) la serie narra las andanzas de Xena y su amiga y compañera Gabrielle.
Inspirada en la antigua Grecia, es un spin-off de la serie Hercules: Sus viajes legendarios (Hercules: The Legendary Journeys) en la cual Xena hizo su primera aparición a lo largo de unos capítulos en los cuales gustó tanto el personaje que se tomó la decisión de hacerle su propia serie.
Serie, que todo sea dicho, consiguió más fama y admiración que su antecesora.


Aunque, como ya he dicho, Xena estaba inspirada en la antigua Grecia, a lo largo de la serie vemos a nuestras protagonistas (Xena y Gabrielle) recorrer todo el mundo. Así es que pudimos verlas en Roma, en el antiguo Egipto, en Escandinavia junto al dios Odín o en la mismísima China.
No solo eso, sino que en algún que otro capítulo incluso estuvieron en el presente, ya sea como ellas mismas o como sus reencarnaciones.
Y es que la serie, aunque era de género aventuras y acción, tenía buenas dosis de comedia e incluso de slapstick (subgénero de la comedia que se caracteriza por tener peleas que no llevan al dolor físico. Exagerándolo todo y haciendo que parezca más ridículo que real).
Sin olvidar que tuvo algún que otro episodio musical.

Tampoco hay que olvidar, que le relación que tenían Xena y Gabrielle fue tema de discusión por si eran lesbianas o no. Tema que acabó por convertir a Xena en un icono gay por excelencia.

Durante las seis temporadas vemos cómo evolucionan nuestras dos chicas. Por un lado Xena, quien pasa de ser un malvada guerrera a querer redimirse de sus actos y empezar a hacer buenas obras ayudando a todo aquel que está en peligro o bajo las amenazas de algún señor de la guerra.
Por otro lado está Gabrielle, quien pasa de ser una delicada e inocente campesina que no sabe cómo coger una espada, a convertirse en una amazona y acabar siendo una guerrera que se podría poner a la altura de la mismísima Xena.
No obstante, el final de la serie asi lo demuestra. Final que no comentaré por considerarse spoiler no vaya ser que alguien la esté viendo o la vaya a ver.
Pero final que queda cerrada y que es triste. Aunque viendo todo lo que llega a pasar a lo largo de la serie, situaciones cuanto menos sorprendentes, no sería de extrañar, que si se da el hecho de hacer una película o retomar la serie, todo volvería a la “normalidad”.
(Y posiblemente esto solo lo entienda quien haya visto el final).


Es pensar en Xena y venirse a la cabeza su característico grito de guerra, su atuendo de cuero o sus saltos mortales a la hora de la lucha.
No solo los saltos mortales, sino que como buena guerrera tenía sus propias armas, tales como un látigo, una espada, un cuchillo que escondía entre los pechos y su legendario e inigualable chakram. Un arma proveniente de la India que tenía forma circula y al ser lanzado acababa regresando cual boomerang.
Además de las dotes de lucha y las armas, Xena conocía una llave que se hacía en el cuello que cortaba el flujo de sangre al cerebro y hacía que sus víctimas muriesen en segundos si no la volvía a hacer para que la sangre siguiese su curso.

Por su parte, Gabrielle también tenía sus propias armas.
Aunque al principio de la serie era una simple campesina que nunca había roto un plato y que ayudaba a ser un claro ejemplo de pureza y bondad para Xena. A lo largo de la serie Gabrielle cambió totalmente de parecer y se dio cuenta de que si quería seguir al lado de su amiga, tendría que aprender a defenderse.
Asi es, que un día salva a una amazona y desde ahí empieza el cambio de la bardo rubia.
Las amazonas le enseñan a luchar dándole a escoger un arma. Ella elige la que ve menos inofensiva: un cayado.
Durante mucho tiempo, el cayado acompañó a Gabrielle en sus peleas y aventuras, aunque según llegaba a su fin la serie la vimos cambiar a unos sais.
También, al final de la serie, tanto a ella como a Xena, se les puede ver con katanas personalizadas que no tenían nada que envidiar a los nipones.





 

 

















Varios personajes secundarios aparecen a lo largo de la serie. Personajes como son Joxer, la diosa Afrodita y el dios Ares, Autolycus, Callisto, Hope, Lao Ma, Borias, Cupido,…
Sin olvidarnos de la yegua de raza palomino inseparable de Xena: Argo.

La serie que ha sido doblada a varios idiomas y emitida en gran parte del mundo, ha tenido (y tiene) mucho merchandising.
Una pelicula en dibujos animados, juegos para consolas, cartas, figuras, comics, libros,...
Y por si eso fuese poco, y si creíais que el universo xenite era pequeño; aún a día de hoy, 12 años después del final de la serie, aún se celebran reuniones de fans a las cuales suelen asistir actores de la serie.

No se me puede pasar por alto, mencionar los grandiosos y fabulosos paisajes que tiene la serie, que aunque esté inspirada en Grecia, está rodada en Nueva Zelanda.
Además del vestuario y la música con ciertos toques árabes o celtas.

Y por último, mención especial al dios Ares, interpretado por el actor Kevin Smith quien en el 2008 tristemente falleció en un accidente de rodaje mientras hacía una película.
Ares siempre estará en los corazones de los xenites. Un dios que nos regaló muchos momentos cómicos y sensuales a lo largo de las seis temporadas.



Y hasta aqui el post especial número 50, que aunque me dejo muchas cosas en el tintero, tenía muchas ganas de hablar de esta serie que tan buenos momento me ha dado.


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